Predecir el futuro siempre ha sido un asunto complicado, pero la Universidad de Stanford no tuvo reparos en publicar un informe sobre el futuro que se avecina a escala mundial. Ocurrió tras la activación de un experimento de 100 años, a partir de 2014, cuando las tecnologías relacionadas con la inteligencia artificial (IA) comenzaron a participar en un proyecto especial. La tecnología robótica ofrece opciones tanto para los países como para el mundo en general.
En el transporte
La industria del automóvil alcanzará las cotas de robotización, con la introducción de:
- sensores y transductores especiales;
- estructuras informatizadas para analizar el tráfico de toda la ciudad, con sincronización entre coches;
- vehículos no tripulados.
Esta predicción la confirman no sólo los propietarios de coches Tesla, sino también los holandeses. Allí tienen previsto instalar sensores en las carreteras para ofrecer a los conductores información actualizada sobre su estado mientras conducen.
Industria médica
A pesar de los obstáculos de todo tipo que dificultan la implantación de las últimas tecnologías en la sanidad, como la burocracia y el atraso de los hospitales de distrito (por ejemplo, en Rusia), la medicina avanza paso a paso hacia la modernización:
- Las bases de datos médicas empiezan a poblarse;
- Los cirujanos participan en las cirugías a través de transmisiones televisadas;
- La tecnología robótica está realizando intervenciones quirúrgicas en algunos casos.
Está previsto que la IA se incorpore al tratamiento directo de los pacientes. A partir de los datos recogidos masivamente sobre anamnesis, patogénesis y consecuencias de todo tipo de manipulaciones médicas, el robot hará recomendaciones equilibradas, facilitando el trabajo de terapeutas y otros especialistas. En Rusia, la telemedicina ya está floreciendo, y eso dice mucho.
El ámbito de la educación
Los expertos de Stanford afirman que la plaza de profesor seguirá siendo muy demandada, y acudirá en su ayuda:
- todo tipo de implementaciones educativas multimedia;
- la formación a distancia;
- sistemas inteligentes de simulación.
La prueba de ello se encuentra en varios programas de aprendizaje virtual. Por ejemplo, el Carnegie Cognitive Tutor, un simulador matemático que cumple activamente su propósito, el simulador Sherlock para los militares (en funcionamiento desde 1989), y todo tipo de traductores en línea basados en la inteligencia artificial.