El internet por satélite está entrando en una nueva etapa con el despliegue de constelaciones de órbita terrestre baja (LEO) de última generación. Dos gigantes tecnológicos —SpaceX con su iniciativa Starlink y Amazon con el emergente Proyecto Kuiper— están transformando la conectividad global. Estos sistemas prometen banda ancha de alta velocidad y baja latencia en zonas que antes no contaban con infraestructura tradicional. En febrero de 2025, Starlink ya está operando en más de 70 países, mientras que Amazon Kuiper se encuentra en su fase de lanzamiento inicial con ambiciosos planes a corto plazo.
Arquitectura técnica y rendimiento
Starlink opera actualmente más de 5.700 satélites activos en órbita terrestre baja, formando la red comercial de satélites más grande del mundo. Cada satélite orbita a unos 550 km de altitud, lo que permite una latencia reducida —de media entre 25 y 40 ms— apta incluso para videojuegos y videollamadas. SpaceX continúa lanzando nuevos satélites cada semana, ampliando cobertura y capacidad.
Por su parte, Amazon Kuiper planea desplegar una constelación de 3.236 satélites en los próximos años. A principios de 2025, se han probado con éxito dos satélites prototipo, y los lanzamientos a gran escala comenzarán a mediados de 2025. Los satélites Kuiper orbitarán entre 590 y 630 km y utilizarán antenas de matriz en fase para ofrecer velocidades superiores a 400 Mbps por usuario.
Ambas redes incorporan enlaces láser entre satélites para permitir comunicaciones directas sin depender de estaciones terrestres, lo que facilita una cobertura global continua. Los satélites V2 Mini de Starlink ya están implementando esta tecnología, y Kuiper ha confirmado que la integrará en sus próximos diseños.
Equipamiento e instalación
Los usuarios de Starlink reciben un kit de autoinstalación que incluye una antena de matriz en fase (“Dishy”), material de montaje y un router Wi-Fi. El precio en Europa ronda los €399, con tarifas mensuales que van de €65 a €90 según el nivel de velocidad y los límites de datos. El sistema se orienta automáticamente y se conecta en minutos.
Los terminales de usuario de Amazon Kuiper, desarrollados con chips personalizados, están diseñados para ser compactos y económicos. El terminal estándar mide aproximadamente 28 cm de diámetro y apunta a un coste de fabricación inferior a $400. La instalación también será sencilla y rápida, con un enfoque en la accesibilidad masiva.
Por ahora, Starlink lleva la delantera en disponibilidad, habiendo distribuido más de 2,6 millones de kits en todo el mundo. Sin embargo, Amazon cuenta con una potente red logística que podría acelerar el despliegue una vez que el servicio esté plenamente activo.
Alcance del servicio y cobertura global
Starlink está disponible en América del Norte, gran parte de Europa, Sudamérica, Australia, Japón y algunas regiones de África. En 2024, SpaceX lanzó servicios directos a móviles en colaboración con T-Mobile en EE. UU., permitiendo enviar mensajes de texto vía satélite sin hardware especial. Esta función se expandirá a nivel internacional en 2025.
Amazon Kuiper comenzará ofreciendo servicio en EE. UU., con expansión prevista hacia Europa, América Latina y partes de Asia. Ya está en proceso de obtener aprobaciones regulatorias en mercados clave. La asociación con Vodafone en África y Europa facilitará la conectividad empresarial y de red móvil en zonas remotas.
A diferencia de Starlink, que opera de forma vertical, Kuiper apuesta por alianzas con operadores, gobiernos y empresas. Esta estrategia colaborativa puede hacer que Kuiper tenga un fuerte impacto en mercados emergentes mediante soluciones híbridas que integran infraestructuras terrestres.
Usuarios objetivos y segmentos de mercado
Starlink se dirige tanto a consumidores particulares como a entidades gubernamentales, aerolíneas, empresas marítimas y comunidades rurales. Ofrece planes especializados como “Starlink Maritime” y “Starlink Aviation”, ya en funcionamiento en cruceros y jets privados.
Amazon Kuiper se centrará inicialmente en clientes residenciales sin cobertura y centros educativos en zonas rurales o de bajos ingresos. También busca integrar Kuiper con los servicios cloud de AWS, permitiendo análisis de datos en tiempo real y aplicaciones de computación en el borde.
Ambos proveedores reconocen el enorme mercado potencial entre los casi 2.600 millones de personas sin acceso fiable a internet. Su competencia ayudará a bajar precios, mejorar la calidad del servicio e impulsar la innovación tecnológica.

Regulación, seguridad y sostenibilidad
Operar miles de satélites requiere un estricto cumplimiento de normativas nacionales e internacionales. Starlink ha enfrentado críticas por la congestión orbital y las interferencias de radiofrecuencia. SpaceX ha respondido mejorando los protocolos de desorbitado y aplicando recubrimientos oscuros en sus satélites para reducir el brillo nocturno.
Amazon Kuiper ha prometido sostenibilidad, comprometiéndose a que todos sus satélites se desorbiten en un máximo de 355 días tras finalizar su misión. También colabora con entidades como la FCC, la UIT y gobiernos para garantizar una implementación segura y responsable.
En cuanto a ciberseguridad, ambos proyectos incorporan cifrado extremo a extremo y protocolos de enrutamiento resiliente. La infraestructura de Starlink da soporte a servicios militares y de emergencia, mientras Kuiper está estableciendo mecanismos de confianza para comunicaciones sensibles.
Perspectivas y avances tecnológicos
En el futuro, el internet por satélite será clave para cerrar la brecha digital global. Con avances en miniaturización de satélites, optimización de redes mediante IA y preparación para 6G, tanto Starlink como Kuiper apuestan por un futuro ultra conectado.
SpaceX planea lanzar más de 7.500 satélites de segunda generación antes de 2027, multiplicando la capacidad de la red. A su vez, Kuiper invertirá $10.000 millones en investigación sobre enrutamiento inteligente y asignación dinámica de espectro.
Aunque Starlink lidera el sector actualmente, la entrada de Kuiper promete aumentar la competencia y acelerar la innovación. Su rivalidad marcará un antes y un después en la conectividad global, especialmente en zonas que más lo necesitan.